viernes, 29 de mayo de 2009

Ninguna mujer nace para puta (*)

Sobre el libro Poetas y Putas
(por Claudia Sastre - Puerto San Julián)
(*)frase de María Galindo y Sonia Sanchez

Transcribimos a continuación el texto que la escritora y crítica literaria Clausia Sastre publicara en su blog "verbocopihue.blogspot.com", acerca de la presentación del libro "De poetas y Putas", realizada por Roberto Goijman en el marco del IVº Encuentro de Escritores de Esquel. Un debate necesario, impostergable, del que nos hacemos eco.

Voy a referirme a un libro: Poetas y putas, con selección de fotos y poemas de Roberto Goijman; Colección Papeles Baldíos, Patagonia. Voy a referirme entonces a un libro que pretende plantearse como un homenaje, ostentando el siguiente texto en su contratapa: “Este volumen reúne una selección de poemas que, en algún tiempo y lugar, las damas del oficio más antiguo han podido inspirar”. Me produce sensaciones encontradas este intento, en primera instancia fallido, en segunda instancia deshonesto, falso. Me pregunto por ejemplo cómo puede este libro homenajear, como pretende a las chicas del prostíbulo La Catalana de Puerto San Julián, cuando ellas, precisamente, repudian a los fusiladores de la huelga del veinte, negando sus servicios sexuales, servicios sexuales que éste libro, ensalza. Los 25 autores que ceden sus poemas para este libro ensalzan ese oficio y remarcan el aspecto del alquiler del cuerpo, desde su óptica masculina, de consumo de dichos servicios. En un trabajo anterior señalaba que las Chicas de La Catalana construyen el acontecimiento, precisamente al negarse a hacer público su cuerpo y reclamarlo nuevamente para sí. Estos veinticinco autores son, además, todos hombres. Cuando pregunté al antólogo Roberto Goijman el por qué de la ausencia de poetas mujeres en dicha antología sólo obtuve silencio. No un silencio común, un silencio forzado, políticamente forzado, ya que no se podía hacer explicíto públicamente el prejuicio machista que tanto se empeñaba en maquillar en gesto “políticamente correcto”; podemos preguntarnos cuál era el implícito de ese silencio...cómo las mujeres van a escribir sobre las putas? Como si las putas no fueran mujeres, no fueran nuestras amigas, hermanas , compañeras de estudio, de la vida, etc; cómo si no pudieran ser nuestras madres o hijas, o nuestras parejas, cuántos, cuántos implícitos machistas se escapaban al no responder esa pregunta. Otras cosas estaban implicitas en la actitud del antólogo, la atribución de los machos de nombrar, definir, clasificar a las mujeres como putas o no putas, en suma, objetos de consumo; como si además de putas, esas mujeres no fueran otra cosa. Lo llamé el doble silenciamiento de las Chicas de La Catalana, como metonímicamente, todas las prostitutas, siempre nombradas por otros, siempre definidas, con su voz siempre negada, siempre ninguneadas. Este “supuesto” homenaje vuelve a intentar convertirlas en objeto, listo, servido a la mesa del consumidor, no otra cosa. Es ahi entonces donde se devela el verdadero objetivo de esta antología: un negocio, un doble negocio con la imagen, quizás en otro contexto, revolucionaria, ahora disminuida, domesticada y sobre interpretada de la rebelión de las putas de La Catalana. Una mera excusa el prólogo introducción de Osvaldo Bayer; otra excusa el armado de esa antología con una serie de nombres respetables de la literatura, para que el antólogo se incluya, por a fuerza dentro de esos nombre respetables, en un estéril intento de legitimación. Un gesto que comete, quizás sin pensar, con la torpeza propia de un machismo militante y a-crítico, que considera que no tiene que dar explicaciones de su torpe proceder. Sueña extraño que Osvaldo Bayer se haya prestado a semejante cosa, pero quizás desconocía, como muchos o todos de los autores que cedieron sus textos a la antología, de cuál iba a ser la orientación ideológica del libro. Al igual que quizás desconocían el armado del libro, de las fotos que ilustran (o diremos rellenas?) dicha antología, muy belle epóque, abundancia y sobre abundancia de piel desvestida, objeto y fetiche adolescente. Eso no significa que quien escribe y firma esto considere indigno el oficio de la prostitución, pero como bien señalo al principio, tomando la frase de “que ninguna mujer nace para puta” invito a reflexionar sobre un fenómeno, que en una provincia como Santa Cruz, y que en toda la Patagonia en general tiene numerosas aristas, todas ellas complejas y polémicas. No podemos sesgar el aspecto de explotación de la mujer, muchas de ellas secuestradas contra su voluntad, drogadas, cooptadas desde muy temprana edad, y muchos otros aspectos...ahora si se pretende dar una mirada “pseudo” romántica a eso, bien, pero ante ese límite yo me detengo y recalco y digo hasta quedar sin voz: ninguna mujer nace para puta. Claudia Sastre- Puerto San Julián- 27 de mayo de 2009 foto: Claudia Sastre- La Catalana-Puerto San Julián

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